2018/05/20

La telemedicina es AHORA

La telemedicina y el desafío la accesibilidad

Dr Jorge C Stanham MBE
jorgestanham@yahoo.com

Acceder al prestador adecuado y al cuidado necesario es una de las seis dimensiones de la calidad: la oportunidad. (Las otras dimensiones son la seguridad del paciente, la atención centrada en el paciente, la efectividad, la eficiencia y la equidad.) El acceso limitado puede tener como consecuencia un diagnóstico tardío, un peor pronóstico, más estudios y consultas y potencialmente, un resultado desfavorable o fatal. La accesibilidad se acentúa cuando hay disparidad entre demandas crecientes que deben ser satisfechas por recursos insuficientes o decrecientes (humanos, materiales, organizacionales, etc).

La demanda creciente es esperable al aumentar las necesidades de atención de la generación de los Baby Boomers (nacidos entre 1946 y 1964), que son más del 15% de la población uruguaya y que serán casi el 20% al final de la próxima década. A pesar que el número de médicos graduados aumenta a razón de más de 1 por día (más de 400 por año) esto no garantiza que se opten por las especialidades que serán más requeridas: medicina familiar, medicina interna, pediatría, geriatía, medicina rehabilitativa y física, además de los profesionales de la salud que también serán más demandados: enfermería domiciliaria, fisioterapia, nutrición, farmacia, asistencia social y salud mental.

Es habitual que la accesibilidad sea asociada a problemas de distancia geográfica o más propia de zonas rurales. Sin embargo, es más que nada un problema para quienes viven en centros urbanos, con complejidades del tránsito, de estacionamiento y de sistemas de transporte público mal diseñados. Para las generaciones más jóvenes (GenX, nacidos 1965-1979 y GenY, nacidos 1980-1999) quienes son actualmente la mayor parte de la fuerza laboral en muchos países, la accesibilidad se complica por la baja compatibilidad entre los horarios de trabajo y la de los de los servicios disponibles, a lo que se agregan las dificultades de desplazamiento urbano mencionados arriba.

Como he mencionado en otros posts, a partir de este año estamos viviendo un crecimiento de 2 dígitos anuales en la disponibilidad y uso de los servicios de telemedicina (o telesalud) en los próximos 5 años. Esto ha sido la consecuenca de 5 tendencias, como fue publicado recientemente por MDLive, un servicio proveedor de telemedicina/telesalud (1):

  1. Pacientes/usuarios empoderados con smartphones conectados a servicios cloud-based.
  2. La inteligencia artificial, el refinamiento analítico y la experiencia personalizada del paciente/usuario.
  3. Menos dependencia de los sistemas de pago actuales.
  4. Satisfacción del consumidor, aumento de la demanda y costos reducidos, con progresivo involucramiento de los usuarios, al removerse las barreras de la telemedicina.
  5. Un disciplinado enfoque en la seguiridad de los datos, que aumentará la confianza de los consumidores y el control por los proveedores.
Seguir dependiendo del modelo tradicional, uno-a-uno, cara-a-cara, en-persona, será cada vez más ineficaz para resolver la demanda creciente de una población por un lado envejecida y por otro, de jóvenes más limitados en la disponibilidad de su tiempo. La tecnología actualmente es ubicua; los smartphones abundan; el software está en la cloud, los sensores para monitorizar a los pacientes a distancia son una realidad, como lo será la posibilidad de brindar acceso 24/7/365 a cada vez más personas.

La telemedicina no es el futuro. Está ya sembrada en nuestro sistema y estará brotando mientras escribo y hablamos.

(1) FierceMarkets Custom Publishing, February 2018.

Telemedicine is NOW


Telemedicine and the challenge of access
Dr Jorge C Stanham MBE
jorgestanham@yahoo.com

Access to the appropriate provider and the type of care needed defines one of the six dimensions of quality: timeliness. (The other dimensions are patient safety, patient-centredness, effectiveness, efficiency and equity.) Poor access may lead to late diagnosis, poorer prognosis, more tests and consultations and potentially, a bad outcome and eventually, a preventable fatality. Access is made worse by the mismatch of increased demands being met by insufficient or diminishing resources (human, material, organisational, etc).

Increased demands are to be expected by the health care needs of our ageing Baby Boomer generation (born 1946-1964), who are more than 15% of our Uruguayan population at present and will approach 20% by the end of the next decade. Although the number of physicians who graduate in our country still exceeds 1 per day (more than 400 per year), there is no guarantee that the specialty mix of the new doctors will keep pace with those skills that are most needed: primary care (family medicine, internal medicine, paediatrics), geriatrics, physical medicine and rehabilitation, not counting the number of other health providers who’ll be in most demand: home care nurses, physical therapists, nutritionists, pharmacists, social workers and mental health professionals.

Sometimes, access initially evokes problems with long distances, like the ones faced by those living in rural or remote areas. However, it is more a problem for those living in urban centres, where transportation is complex due to traffic congestion, lack of parking and poorly designed public transport systems. For the younger generations (GenX, born 1965-1979 and GenY, born 1980-1999) who at present are the major part of the workforce in many countries, access is made complex by the mismatch between their work schedules and those of the available services and the previously mentioned displacement constraints within cities.

This year, as I have mentioned in recent prior posts, has been ushered by the 2-digit predicted annual expansion of telemedicine (or telehealth) services in the next half decade. This has been made possible by five trends, as published recently by MDLive,[i] a telehealth/telemedicine provider in FierceMarkets Custom Publishing:

1.       Engaged patients/consumers with cloud-based technology in their smartphones.
2.       Artificial intelligence, refined data analytics and a personalised patient experience.
3.       Reduced reliance on present reimbursement models.
4.       Consumer satisfaction, greater demand and reduced costs, with consumers progressively onboarded by removing barriers to telemedicine.
5.       A disciplined focus on data security will drive consumer trust and vendor oversight.

Relying on the traditional one-on-one, face-to-face, in-person care, will fall short of being able to cope with the increased demands of an ageing population and a time-strapped young workforce. The technology at present is ubiquitous: smartphones are everywhere; software is in the cloud, sensors to monitor patients at a distance are a reality and providers can cover a larger population with 24/7/365 accessibility.

Telemedicine is not the future. It’s already seeded within our system and will start sprouting – as I write and as we speak.




[i] FierceMarkets Custom Publishing, February 2018.